¿Cómo estás?.   Espero encontrarte bien, con muchas ganas y fuerzas hacia lo que es importante para ti.  Yo me encuentro fantástico, con muchos proyectos por delante. En este post voy a hablarte de una frase que últimamente oigo mucho, “Lo he intentado todo, ¿qué hago?”, de esa sensación de impotencia, de bloqueo, de estar perdido sin saber hacia dónde ir o qué hacer. ¿Te sientes identificado?.   (Tiempo de lectura aprox. 8´)

            Ayer estaba hablando con unos amigos, cuando llegó una persona la cual no conozco demasiado y se unió al grupo. En breve entró en la conversación y empezó a explicarnos su complicada situación, y, sin entrar en detalles de lo que dijo, una frase que recuerdo dado que repitió en varias ocasiones y me impactó fue:  “Lo he intentado todo, ¿qué hago?”.  Dado el lugar y situación, le estuve observando y escuchando sin decir nada, mientras mis amigos, con toda su buena fe, empezaron a lamentarse de su estado, a cargar contra la situación de crisis actual, contra el gobierno, contra el abuso al trabajador… y como no a plantearle “soluciones” a su situación.

Finalmente nos despedimos, y empecé a pensar en la conversación.

Una persona había compartido su “complicada” situación, de la que decía haberlo intentado TODO.  Mi primera reflexión es:  ¿Todo?, ¿realmente lo ha intentado todo?, y suponiendo que fuera así, que tengo mis dudas, ¿realmente había hecho lo ideal para afrontar su situación?.

“Nadie sabe de qué es capaz hasta que se enfrenta a ello”.

 

 

Mi siguiente reflexión fue como el resto de personas habían gestionado la situación. No percibí que realmente hubieran escuchado todo lo que estaba contando, pues le interrumpieron constantemente haciendo diversos comentarios sin un interés real por saber su situación y TODO aquello que nos decía que había intentado. En su lugar, habían dirigido la conversación a lo fácil, a criticar la situación a la crisis, el gobierno… para mí EXCUSAS!.

Como coach te propongo un cambio de paradigma, una nueva manera de afrontar este tipo de conversaciones y situaciones cotidianas, tanto por tu buena salud emocional como por la aportación que puedes hacer a la otra parte:

• Escucha de forma activa todo aquello que te dice y no te dice, deja que te cuente TODO lo que realmente sienta.
• No le interrumpas con situaciones similares que hayas vivido, ni le hagas sugerencias.
• No juzgues su situación.
• Hazle preguntas potentes, preguntas abiertas que le lleven a la reflexión, a tomar consciencia de su situación, para crearle nuevas opciones.
• De nada sirve CRITICAR ni buscar culpables externos. En este caso te pones el papel de VÍCTIMA, y nada te va aportar. Tú eres y debes ser el actor de tu vida, afronta la situación, enfréntate a ella, aprende de los errores que hayas cometido y lucha por tus objetivos.
• Cuestiónale los generalismos que exprese:  Ni nada es SIEMPRE un desastre, ni TODO es imposible…
• Nunca, nunca, nunca les des CONSEJOS. Es lo que la otra persona dada su situación va a buscar incluso pedirte, para ella es lo más fácil, que tú le des la solución “mágica”. Pero ni tú tienes la solución mágica ni tienes porque tenerla. Es esa persona la que debe encontrar en su interior la mejor solución a su situación, con todas sus consecuencias.

En tu caso, si le das un consejo y le va bien, le habrás creado dependencia, y la próxima vez que tenga cualquier problema vendrá de nuevo a ti a que le des la solución mágica, si enfrentarse ella sola al problema. 

Si por el contrario tu solución no le funciona, te lo recordará siempre, y quizás pierdas un amigo. ¿Quieres cargar con ese peso, con esa responsabilidad?

 

Quiero contarte un cuento para que acabes de entender mis comentarios, y para cuando sientas que LO HAS INTENTADO TODO:

Había una vez un pueblo en la montaña en  el que  vivían  un  grupo de fuertes leñadores.  Un día, después de  discutir y discutir cual de ellos era el más fuerte y  mejor leñador, decidieron hacer un campeonato para ver quien talaba más árboles en 1 hora y así demostraba que era el mejor.  Finalmente había llegado el día de la gran final, y los 2 finalistas se situaron en cada extremo del bosque. El jurado dió la salida, y los dos empezaron a talar con sus grandes hachas. Mientras golpeaban sus hachas, los dos leñadores se iban oyendo los golpes de su contrincante. Al cabo de unos 15 minutos, el segundo leñador dejó de oír los golpes de su oponente, y pensó: “Ya debe estar cansado, y por eso ha parado. Yo estoy cansado, pero no voy a parar hasta el final”.  Al cabo de unos minutos volvió a sentir los golpes del hacha de su oponente de nuevo.

Igualmente al cabo de unos 15 minutos sucedió lo mismo, el segundo leñador sintió como el primer leñador dejaba de golpear su hacha, y todo y que estaba muy cansado, tenía claro que quería ganar, por lo que siguió golpeando, y así hasta que pasó la hora.   Entonces, los dos leñadores se dirigieron hacia el jurado para que verificara quien había talado más árboles y por tanto era el vencedor. El segundo leñador estaba agotado, pero convencido de la victoria, ya que no había parado de golpear su hacha.

¿Sabéis quién ganó?.  

Pues ganó el primer leñador, ya que cuando paraba cada 15 minutos era para afilar su hacha, mientras aprovechaba para descansar y así volver a talar de nuevo con la hoja bien afilada y con las fuerzas renovadas.

 

¿Cuántas veces dices que has hecho todo lo que has podido pero las cosas no salen?. ¿Cuántas veces dices que has hecho todo lo que has podido ante un problema?, pero,  ¿realmente ha sido así, y realmente has hecho lo que debías hacer?.

 

Con un proceso COACHING se trabaja una visión exterior, para que puedas ver y descubrir cosas que tú solo no eres capaz de encontrar.  Con el coaching conseguirás ver luz donde antes sólo había oscuridad, tendrás más claros tus objetivos, y, lo más importante, cómo hacerlos realidad.   Puedes seguir como víctima quejándote de la situación, “esperando” la situación mágica, o buscar un coach profesional que te acompañe con las herramientas precisas para transformar esa situación.  

 

No te pierdas este potente vídeo para IMPULSARTE:

 

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Enric Banderas

 

Que tengas una GRAN semana!